Los lichis esperan en el cesto de mimbre mientras una abeja parece caer en picado sobre ellos. Los frutos son apenas una mancha translúcida de color malva diluida en agua, pero en su interior ofrecer trazos más enérgicos. Lo mismo sucede con el insecto: liviano y al mismo tiempo enraizado en el papel. Y es justo esa combinación entre la quietud de la tradición y el nuevo dinamismo de sus escenas, esa mirada a los objetos cotidianos frente a la épica de los grandes nombres y batallas hacen de Qi Baishi uno de los grandes renovadores de la pintura china. Un autor al que volvía sus ojos Occidente hace ahora ocho años, cuando se convertía en el tercer artista con mayor volumen de ventas en subastas y que al año pasado batía el récord de la pintura china más cara al venderse una serie de doce paisajes los 120 millones de euros.
Revolución artística y cotización en el mercado que le han valido a Qi Baishi (1864-1957) el apodo de 'El Picasso chino'. Y justo a la ciudad natal del artista malagueño llega ahora la obra del autor oriental de la mano del Museum Jorge Rando, que presenta la obra Qi Baishi por primera vez fuera de Asia en la exposición 'The breeze from Qi Baishi's hometown' (La brisa desde la ciudad natal de Qi Baishi) presentada esta mañana. Y quien quiera asomarse al delicado trabajo del artista chino deberá andarse rápido, ya que la muestra sólo podrá visitarse hasta el próximo viernes.