据西班牙媒体《ELPERIODICODEARAGON》11月1日报道，萨拉戈萨Tenor Fleta大街上的一家大型华人百元店自8月份被市政府吊销了经营许可证后又重新开张了。市政府终于准许其开业。

这家百元店的历史要追溯到2004年，这家占地约900平米的商店第一次申请经营许可。也就是从那时起，这家店一直由于缺少某些东西而没能拿到必要的经营许可，但却始终向公众开放，售卖着各类商品。无法再忍受这一情况后，2014年，住在60号的居民终于将其告向政府。

于是在今年8月份，当地警察检查过后，市政府便停掉了其相关活动。据悉，现如今该店店主已经得到了相关许可。

然而另一个问题是，该店多年以来安全方面也不合格。由于该店面积较大，店主本应做好消防疏散、以及针对残障人士的系统工作，同时还应标明仓库区和地下室与销售区之间的通道。

El bazar chino de Tenor Fleta vuelve a abrir sus puertas

El gran bazar chino de la avenida Tenor Fleta de Zaragoza ha vuelto a abrir sus puertas después de que el ayuntamiento le obligara a echar la persiana el pasado agosto al carecer de la licencia de actividad. Finalmente, y tras varias idas y venidas, el consistorio ha autorizado su apertura.

La historia de este establecimiento se remonta al 2004, cuando solicitó por primera vez la licencia de apertura de este local de unos 900 metros cuadrados. Desde entonces, la tienda estuvo abierta al público vendiendo todo tipo de productos sin contar con la autorización necesaria que, por una cosa u otra, siempre estaba pendiente de aprobración. Cansados de esta situación, en el 2014 la comunidad de vecinos del número 60, representada por Ramiro Grau, presentó un recurso contencioso-administrativo denunciando al propietario del local por carecer del permiso de actividad, y al consistorio, por permitirla incumpliendo la legislación urbanística. Entonces, el ayuntamiento solicitó la inadmisión de la demanda alegando que la licencia se encontraba en tramitación.

El pasado agosto la Gerencia de Urbanismo incluyó en el orden del día la «suspensión de las actividades de venta de objetos, ropa y bisutería para desarrollar su actividad por incumplimiento de la licencia concedida». Fue tras una visita de la Policía Local cuando el propietario del establecimiento decidió cerrar el bazar.

Según informaron fuentes de Urbanismo, el propietario ya dispone del título obligatorio para ejercer su actividad. Explicaron que el cierre se debió a la ausencia de la licencia pertinente, no a la falta de adecuación del local.

Sin embargo, el local incumplió las medidas de seguridad durante años. Las grandes dimensiones del establecimiento obligaban al dueño a realizar un recorrido de evacuación, la instalación de un sistema de protección contra incendios y la adaptación para personas con movilidad reducida. También debía definir el acceso a la escalera de comunicación de la zona de ventas con los almacenes y el sótano.

El consistorio, además de sancionar en reiteradas ocasiones al propietario, llegó a solicitar la revisión del establecimiento por un testigo-perito, que en una comparecencia realizada el 18 de febrero del 2016, reconoció que el local estaba pendiente de legalización formal y que la licencia «estaba a punto de concederse», algo que no sucedeció.