Los chinos se forran vendiendo las banderas españolas que cuelgan de balcones
La rojigualda, la enseña nacional y símbolo del unionismo en plena crisis de Cataluña, se fabrica en China. Los hogares españoles muestran estos días en sus balcones y ventanas banderas por doquier. Es la última respuesta ciudadana ante el desafío secesionista. Pero los principales beneficiados son los comerciantes chinos: están haciendo su agosto en un mes que se caracterizaba por el éxito de los productos escolares.
“Ahora ya no se venden tantas como hace unos días. Quizás 40 a la semana”, cuenta a EL ESPAÑOL un empresario chino del madrileño barrio de Tetuán, que rehúsa dar su nombre. Al inicio de su tienda, la bandera de España recibe a los clientes. Pero se asoma tímida, quizás por la falta de viento que la ayude a ondear.
Es el mayor reclamo del establecimiento. No en vano, es de los pocos productos que recibe la preciada iluminación natural de la calle entre pasillos y estantes sumidos en la oscuridad.
En la entrada de este establecimiento hay enseñas de distintos tamaños: la más pequeña, de unos veinticinco centímetros de largo; la mayor, en cambio, puede envolver sin estrecheces el cuerpo de un adulto. Además, son bastante baratas. Los precios van desde poco más de un euro a los casi cuatro que vale la bandera más grande.