¿Cómo funcionaba la trama de las falsas intoxicaciones en Mallorca?
Vacaciones gratuitas, una queja falsa y un incentivo de unos cuantos miles de euros. ¿A quién no le gustaría? Ese es el "riesgo" al que se enfrentaron al menos 800 turistas británicos, según los últimos datos de la Policía Nacional, que pasaron sus días de verano en los hoteles de Mallorca y, a la vuelta a su país natal pusieron, en conocimiento de un bufete de abogados las presuntas intoxicaciones alimenticias que habían sufrido durante ese viaje.
Era un negocio redondo, puesto que todas las partes implicadas, exceptuando los hoteles y establecimientos mallorquines denunciados por estas falsas indigestiones, salían ganando por el poco control de dichas actividades a nivel legislativo, debido a que ni se les exigía la presentación de ningún documento emitido por un centro sanitario que acreditara las intoxicaciones alimentarias ni se les ponía fecha límite para las denuncias, llegando a presentarlas hasta tres años después de las presuntas enfermedades.