Los chinos prefieren comprar pisos antes que invertir en empresas españolas para obtener la ‘golden visa’
Cuando se habla del visado oro en España, es decir, la entrega de un permiso de residencia a un inversor extranjero por haber llevado a cabo una inversión significativa en el país, lo primero que le viene a la cabeza a los ciudadanos chinos es la compra de inmuebles.
No es de extrañar teniendo en cuenta que la crisis dejó una oferta de viviendas con unos precios y rentabilidades atractivas. Pero la ley incluye otros supuestos, entre ellos el de invertir en un proyecto empresarial: una opción que, pese a repercutir en mayor medida en la sociedad en forma de creación de empleo e innovación, es muy desconocida entre los potenciales inversores de este país asiático y, por tanto, la menos usada con diferencia.
Prácticamente ninguna de las agencias chinas que participaron este octubre en el Foro anual de Inmigración e Inversión de Pekín conocen la posibilidad de que sus clientes puedan invertir en una empresa en crecimiento en España en vez de comprar allí una casa.